Natalia rechaza la tentadora oferta de Ernesto por rencor a Valeria y el juicio sigue en pie

Ahora que Ernesto ha descubierto que Valeria es su hija, está dispuesto a hacer cualquier cosa por ella. Quiere evitar a toda costa que su primogénita sufra, por lo que decide hacerles a Natalia y Alfonso una oferta muy tentadora: Pagar un 20% más del valor que alcancen las propiedades Moncada en la tasación de los bienes a cambio de que retiren la demanda contra Valeria. A Fedra le parece sospechoso el interés que tiene el empresario por la joven y Ernesto les acaba confesando que es su hija y que solo desea lo mejor para ella.

La noticia deja a Alfonso, Natalia y Fedra completamente impactados. Sin embargo, Natalia, incapaz de permitir que su enemiga se quede con las tierras que pertenecen a su familia, rechaza tajantemente la propuesta y le comunica que el juicio sigue en pie.

Alfonso, en cambio, ve con buenos ojos la oferta de Ernesto. Ambicioso y acostumbrado a la buena vida, intenta persuadir a su hija para que acepte. Pero el resentimiento de Natalia hacia Valeria pesa más que cualquier lujo. Fedra también se pone de su lado. "Prefiero morirme de hambre antes de que Valeria sea la dueña de mis propiedades", asegura Natalia, firme en su decisión.

Al enterarse del gesto de su padre, Valeria le agradece todo lo que está haciendo por ella y le confiesa que está esperando un bebé de Mateo. Ernesto, emocionado, no solo acaba de descubrir que es padre, sino que pronto también será abuelo. Sin embargo, su hija le pide discreción: quiere ser ella misma quien le dé la noticia a Mateo cuando termine el juicio por usurpación de identidad a Natalia. El empresario está tan feliz que quiere que Valeria lleve sus apellidos y ella acepta encantada.