Los hermanos Guerrero se reencuentran para acabar con Augusto Ruiz Montalvo

Hace 20 años, los hermanos Jesús, Damián y Samuel fueron separados cruelmente tras fallecer su padre Octavio Sánchez. El mayor de ellos, Jesús, nunca ha podido olvidar el daño que les hizo Augusto Ruiz Montalvo, al que culpan de la muerte de su progenitor y, por ello, idea un plan para vengarse de él y de toda su familia: compra un taller mecánico frente a la mansión del acaudalado empresario para acercarse a él y ganarse su confianza

Jesús recuerda su infancia con mucho cariño. Fue muy feliz junto a sus hermanos en el rancho de su padre hasta que Octavio fue asesinado a manos de Ruiz Montalvo. No puede olvidar las últimas palabras que su progenitor le trasmitió antes de morir. Le pidió que se vengara de Augusto, al que acusó de robarle todas sus tierras.

Para poder llevar a cabo su plan de venganza, busca a sus dos hermanos. Damián está en prisión acusado de robar un vehículo, aunque, en realidad, es inocente. Le usaron como chivo expiatorio. Jesús consigue sacarle de allí y ambos van a por Samuel, que trabaja en un racho en unas condiciones infrahumanas. Se ha criado medio salvaje y camina descalzo.

Jesús y Damián tendrán que enfrentarse al hombre que está explotando a su hermano. Al final, al intentar liberarlo, Samuel recibe un disparo del dueño de la finca donde trabaja y acaba en el hospital, aunque su vida no corre peligro.

Cuando recibe el alta hospitalaria, Jesús lleva a sus hermanos a su casa y les muestra la habitación donde van a dormir. Se emocionan al ver una foto de su padre con ellos cuando era tan solo unos niños. De su madre, no tienen noticias. Desapareció cuando eran pequeños y nunca supieron nada más de ella.

Jesús comunica a sus hermanos cuál es su objetivo. Desea vengarse de Augusto Ruiz Montalvo y, por esa razón, ha comprado el taller mecánico, ubicado al otro lado de la calle donde se encuentra la mansión del empresario. Está dispuesto a recuperar lo que les pertenece y hacer pagar a Montalvo todo el daño que les ha causado.

Para pasar desapercibidos, Jesús explica a sus hermanos que, a partir de ahora, se cambiarán su apellido. Ya no serán Sánchez sino Guerrero. Los tres hermanos unen sus fuerzas para acabar con Ruiz Montalvo.