La familia Sánchez desenmascara a Augusto y sus hijas descubren su verdadero rostro

Llega el día tan esperado por los Sánchez y su madre Elisa Corso: van a desenmascarar a Augusto de una vez por todas delante de su familia.

La madre de Damián asegura ante todos los presentes cómo Ruiz Montalvo intentó acabar con su vida al presenciar un crimen cometido por él mismo. Revela que acabó con la vida del padre de Victorina, don Victoriano Peña, apuñalándolo con un cuchillo.

Elisa confiesa, además, que tuvo que huir del lugar para salvar su vida y renunciar a sus tres hijos. Augusto lo niega todo antes los demás y acusa a la madre de los Sánchez de ser ella la asesina de Victoriano. Según él, Corso lo mató para ocultar que eran amantes.

Sin embargo, Elisa tiene en su posesión una carta escrita por el padre de Victoriana donde deja constancia de que, si algo malo le ocurriera, el responsable sería Augusto. Y, además, dispone de un testigo que afirma que Ruiz Montalvo asesinó a don Victoriano.

Victoriana está en shock. No puede creer que su marido asesinara a su progenitor y solo desea que Augusto acabe en prisión. Ruiz Montalvo se excusa ante su esposa asegurando que él mató a su padre porque previamente Victoriano asesinó cruelmente al suyo para apropiarse de todas sus tierras.

Pero, no son las únicas pruebas que Jesús, Damián, Samuel y Elisa tienen de Augusto. También, poseen un vídeo que incrimina a Augusto en la muerte del que fuera el novio de Doménica, Iker.

Tras sacar todos los trapos sucios de Ruiz Montalvo, Elisa anuncia al malvado padre de Carlota que está dispuesta a recuperar su finca y a entregar a la policía todas las pruebas que le incriminan para que acabe entre rejas. En ese momento, cuando los Sánchez y su madre están dispuestos a abandonar la mansión, Federico, el sobrino de Augusto, ordena a unos hombres armados que los disparen para acabar con ellos.

Augusto no sabe qué está ocurriendo y su sobrino le cuenta que él ha sido el que ha orquestado el plan para acabar con la vida de la familia de Octavio. Ruiz Montalvo se muestra feliz al creer que han muerto todos y confiesa a Federico que se lo merecían. "Inventaremos que se trató de un ajuste de cuentas", le dice a su sobrino sin saber que el amante de Victoriana ha puesto el altavoz en su móvil y sus hijas han escuchado la conversación.

Jesús, Damián, Samuel y su madre Elisa están ilesos. Se han puesto un chaleco antibalas y no les ha ocurrido nada. Mari Luz lima asperezas con Jesús. "Perdóname por desconfiar de ti", le dice la florista a su novio.

Victoriana está muy agradecida con los hermanos Sánchez por desenmascarar a Augusto. Sin embargo, Doménica, que adora a su padre, está resentida con ellos porque sabe que su progenitor acabará de nuevo en prisión.