Se gustan, aunque ella se muestre esquiva con él
Mariluz y Jesús: una atracción que crece día a día
Mariluz y Jesús Guerrero se siente cada vez más atraídos el uno por el otro, pese a que la joven está saliendo con Isaías.
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Mariluz se siente atraída por Jesús, pero intenta controlar sus sentimientos porque está saliendo con un joven llamado Isaías.
Cuando la hija de Guadalupe se acerca a buscar su camioneta al taller de los hermanos Guerrero, no puede evitar sentirse celosa al ver a Carlota, hija de Augusto Ruiz Montalvo, muy acaramelada hablando con Jesús. Mariluz intenta disimular su frustación al ver al joven con otra mujer. Lo que no sabe la nieta de Conchita es que el hijo de Octavio Sánchez solo está interesado en ella.
Mariluz ve, al entrar al taller de los Guerrero, la camioneta que golpeó accidentalmente a la suya y descubre que pertenece a Jesús. La joven, que tiene un gran temperamento, se enfada con él y abandona el lugar inmediatamente.
Jesús se acerca hasta la floristería donde trabaja la joven para limar asperezas con ella y explicarla que su camioneta chocó contra la suya por un despiste y que no fue intencionado. El joven se ofrece a reparar el golpe de su furgoneta gratis.
En ese momento, aparece Isaías y se presenta ante Jesús como el novio de Mariluz. El hermano de Damián se sorprende al descubrir que tiene pareja, así que se despide de ellos y se va.
La hija de Guadalupe vive una situación violenta. Quería evitar a toda costa que Jesús descubriera que tiene novio. Ella está saliendo con Isaías, pero, en realidad, ya no siente nada por él, pese a mostrarle su pareja que está locamente enamorado de ella.
Jesús no quiere entrometerse en la relación de Mariluz con Isaías, pero no puede dejar de pensar en ella, así que invita a la nieta de Conchita a tomar un café. Él está convencido de que hay un vínculo muy especial entre ellos, pero ella, que es una joven muy respetuosa y fiel a su novio, no se deja de llevar por sus sentimientos y se muestra esquiva con él.
De regreso a su casa, Mariluz sorprende a su pareja bajando de un autobús con su mujer e hijo. Se queda sin palabras al descubrir que su novio está casado. No puede evitar llorar y jura no volver a enamorarse de ningún hombre. Isaías no sabe cómo disculparse. En el fondo, está enamorado de ella, pero ella ya no está dispuesta a perdonarlo y le pide que se olvide de ella.
La joven, que está desolada por lo ocurrido con Isaías, tiene la mala fortuna de cruzarse en el camino con unos delincuentes que intentan robarla. En ese momento, aparece Jesús y salva a la hija de Guadalupe. La joven está en deuda con él y le da las gracias por haberla tendido una mano.
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