La abuela de Mari Luz no puede soportar ver a Augusto en prisión
Conchita fallece repentinamente en los brazos de su hija Guadalupe y su nieta Mari Luz
El estado de salud de Conchita es delicado y, al final, acaba falleciendo en los brazos de su hija Guadalupe y su nieta Mari Luz.
Publicidad
Conchita no levanta cabeza desde que Augusto está en prisión cumpliendo condena por todas las fechorías que ha cometido. Está muy triste y su estado de salud se ha agravado con el disgusto.
La abuela de Mari Luz visita a Ruiz Montalvo en la cárcel. El padre de Doménica le promete que va a cambiar y que se va a convertir en un hombre respetable. Su deseo es volver a conquistar a Guadalupe y así se lo hace saber a Conchita. Pero, ella se opone. "Aléjate de ella, eres un asesino", le pide a Augusto muy seriamente. La abuela sabe que acabó con la vida de Victoriano Peña y le pide que confiese su crimen.
El malvado empresario le confiesa que asesinó a Victoriano porque su progenitor le pidió, en su lecho de muerte, que acabara con su vida tras el daño que causó a su familia.
Cuando regresa a casa, Mari Luz y Guadalupe la reciben con los brazos abiertos. Estaban preocupadas por ella porque se había ido sin avisar. Conchita no se encuentra bien. Está muy cansada y fatigada. Le explica a su hija que fue a visitar al marido de Victoriana a la cárcel y que él está arrepentido de sus actos y está dispuesto a convertirse en un buen hombre.
Guadalupe está preocupada por la salud de su madre, teme que tantas emociones le puedan pasar facturar y no está equivocada. La abuela de Mari Luz acaba falleciendo en los brazos de su hija y de su nieta. Pero, antes de morir les pide que no lloren tras su muerte y les recuerda que ambas han sido su vida. Conchita se va en paz y feliz al ver al otro lado al amor de su vida, don Abel. "Por fin juntos para toda la eternidad", le dice al hombre con una sonrisa en el rostro.
Publicidad