¿Lo conseguirá?
Soraya desata su venganza para destruir a los Salvatierra
Soraya busca vengarse de los Salvatierra y no descansará hasta destruirlos. Elena y Luis Alberto son los primeros que sufren en sus propias carnes su maldad.
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La sed de venganza de Soraya no tiene límite. No puede perdonar a los Salvatierra todo el daño que le han causado. Ha pasado 18 años en la cárcel por culpa de ellos, y su intención es vengarse. Comienza con Elena, quien se encuentra delicada de salud desde que la empujara por unas escaleras mecánicas en un centro comercial. La malvada Montenegro soborna a la enfermera, que Luis Alberto ha contratado para que cuide de su madre, para que le suministre una medicación que le haga perder la cabeza y sufrir alucinaciones.
Soraya aprovecha un día que no hay nadie en la mansión para presentarse ante Elena. Está furiosa con ella y la inyecta en el cuello un producto para que enloquezca. Le asegura que se va a quedar con todo y la golpea fuertemente por todo el cuerpo hasta que pierde el conocimiento.
Pero, ahí no queda todo. Soraya, que está fuera de sí, ahora, va a por Luis Alberto. Contrata a unos delincuentes para que introduzcan en el maletero de su coche el cadáver de Constanza, la mujer que fue su rival en póker en el casino clandestino durante 20 años. Felipe, el chófer del hijo de don Alberto, no se percata de lo ocurrido y ambos acaban siendo detenidos por la policía.
Soraya desea que la detención del hijo de Elena se haga pública y telefonea a un reputado periodista para comunicarle lo sucedido. Además, se pone en contacto con su amiga Vivian, a quien conoció en prisión, para que publique la foto de Luis Alberto y Constanza en redes sociales, sugiriendo que se conocían desde hace tiempo.
Por otra parte, y con la ayuda de Víctor, quien trabajaba codo a codo con León Alfaro para quedarse con el patrimonio de don Alberto, la hija de Rafael Montenegro está logrando que las acciones de Industrias Salvatierra se desplomen.
Mientras tanto, Luis Alberto y Felipe pasan su primera noche entre rejas. Gracias a Mariana, su marido y chófer consiguen la libertad bajo fianza. Su esposa va a recogerlos y, al salir de allí, los medios de comunicación los bombardean a preguntas. Luis Alberto no hace ninguna declaración, pero Mariana sí interviene para defender a su esposo.
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