Su odio y venganza no tienen límites
Soraya confiesa todos sus pecados a los Salvatierra antes de llevar a cabo su venganza final
Soraya revela todos sus pecados a Luis Alberto, Mariana y Betito antes de acabar con sus vidas.
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Luis Alberto está muy preocupado por Mariana y Betito no están en la mansión y no dan señales de vida. De repente, recibe una llamada de Soraya que lo inquieta. La malvada Montenegro le informa que su mujer e hijo están con ella y que, si desea volverlos a ver con vida, debe acudir solo al lugar donde los tienes presos.
El hijo de don Alberto y Elena llega a la casa abandonada donde está la cruel mujer con su familia. El empresario intenta calmar a su esposa y a su primogénito que están muertos de miedo. Soraya es una mujer impredecible y puede cometer una locura en cualquier momento, y eso es lo que termina ocurriendo. Por no obedecerla, acaba disparándole en la pierna. Su odio y venganza no tiene límites.
Entre las cuatro paredes de esa casa mugrienta, Soraya les confiesa sus pecados. Le revela a Luis Alberto que ella fue quien le hizo creer que Santiago y Mariana tenían un idilio. "Un vídeo montaje fue suficiente para acabar con vuestro amor y llevarte a los casinos, a la bebida y a dejar de buscar a tu hijo", le asegura cruelmente al hijo de Elena.
Además, le revela a Mariana que ella fue quien alimentó sus esperanzas de encontrar a su hijo con vida mediante testimonios falsos. Todo lo hizo por despecho, por haberla alejado del amor de su vida: Luis Alberto.
Pero si de algo está orgullosa Soraya es de haberle arrebatado a Mariana y al hijo de don Alberto a Betito cuando tan solo era un bebé. El joven creció sin el amor de sus padres, y privó a sus progenitores del cariño de su hijo.
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