Mi fortuna es amarte
Vicente se gana el cariño de Regina mientras que su hermana Andrea trata de torpedear su relación
Las hijas de Natalia tienen una visión totalmente diferente sobre la relación de su madre con Vicente.
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La relación entre Natalia y Vicente se ha consolidado. Aunque ambos proceden de estratos sociales muy diferentes, la convivencia de las dos familias bajo un mismo techo ha hecho que poco a poco ambos empiecen a sentir una atracción irresistible. Aunque sus respectivas familias no han ayudado en exceso, la relación entra Natalia y Vicente ha echado a rodar ya los dos se sienten muy felices.
Uno de los grandes problemas para el éxito de esa relación es la actitud de las hijas de Natalia. Regina está preocupada porque Vicente sea una nueva versión de Adrián, su padre. Teme que pueda volver a romperle el corazón a su madre y se lo hace saber. Vicente se sincera con ella. Le confiesa el amor que siente por su madre y le asegura que es auténtico y que nunca la hará daño. Regina le cree y se establece un buen vínculo entre ellos dos.
Completamente diferente es la postura de Andrea. La hija mayor de Natalia sigue sin aceptar la relación de su madre con Vicente. Ahora que su padre Adrián ha regresado, cree que lo mejor para todos es que sus padres se reconcilien y está dispuesta a hacer todo lo posible por lograrlo. Acaba de recibir una buena suma de dinero de Adrián y quiere que Regina se lo de a su madre para salir del barrio en el que viven y poder recuperar la vida que antes tenían. La postura de ambas hijas con respecto a la relación de Natalia y Vicente no puede ser más opuesta.
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