De la bronca a la complicidad. Ömer y Defne parecen condenados a entenderse

Defne tiene un sueño. Quiere ser cantante y, de no haber sido por su madre Melek, ahora estaría recorriendo Europa en una furgoneta con unos desconocidas dando conciertos en bares y salas de música. Pero como su madre llegó a tiempo, su futuro ha cambiado por completo. Ahora se encuentra en Turquía, en el pueblo de su familia materna y envuelta en una serie de problemas que desconoce y que la superan.

Ömer está en el último curso de medicina y es el nieto del que más orgullosos se sienten los Sirham. Acaba de regresar de Berlín donde asistía a una conferencia profesional y donde, casualmente, se encontró con Defne a la que intentó 'salvar' de los malos modales de su hermano Kerem en una discusión que ambos tenían frente al hospital donde su madre se recuperaba de un desmayo.

Lo que ninguno de los dos imaginaba es que volverían a encontrarse lejos, en otro país y en otro pueblo. En Turquía las vidas de Ömer y Defne vuelven a tropezarse. Por si fuera poco, ambos pertenecen a sendas familias que tienen graves problemas entre ellos; por lo que la relación debe ser de lo más distante posible. Pero no es fácil evitarse en un pueblo tan pequeño y perteneciendo a dos familias tan importantes.

Melek se ha vuelto a desmayar y en el hospital coincide con Ömer que la somete a unas pruebas para intentar saber el motivo de sus desmayos. Allí, Ömer vuelve a encontrarse con Defne, la hija de Melek. Ambos mantienen una conversación muy amigable y se intercambian teléfonos para que Ömer pueda mantener a Defne informada de la salud de su madre.

Sin darse cuenta, entre ambos va surgiendo una complicidad que todavía no acaban de entender por completo. Defne sigue creyendo que no pinta nada en este lugar y responsabiliza (con la boca pequeña) a Ömer de sus recientes desgracias. Por su parte, Ömer comienza interesarse en Defne y en lo 'rebelde' que parece. Llega incluso a ponerle un mote cariñoso. ¿Hasta dónde llegará esta complicidad?