La prima de Rüya se siente desprotegida
Cemre rompe su silencio: Así declara públicamente su miedo a Çelebi despertando una oleada de solidaridad femenina
La confesión pública de Cemre sobre el miedo a su exmarido, despierta una ola de solidaridad y apoyo de miles de mujeres.
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Cemre está muy preocupada por el estado de salud de Ozan. Su vida corre peligro y no quiere que le ocurra nada malo. La madre del periodista, Seher, le acusa de ser la responsable de lo sucedido a su hijo y la prima de Rüya decide alejarse para evitar su enojo.
A la salida del centro hospitalario, la exmujer de Çelebi se encuentra con varios medios de comunicación y aprovecha la ocasión para reprocharles su falta de empatía sobre temas relacionados con la violencia de género y les culpa de lo ocurrido a Ozan. No entiende cómo pueden mirar para otro lado cuando muchas mujeres pierden la vida a manos de sus parejas. "Estamos solas y tenemos miedo. Nos damos apoyo, pero no es suficiente", afirma la exmujer del empresario entre lágrimas.
Cemre, acompañada de su hija Günes, acude a comisaría en busca de protección. Teme que su exmarido intente acercarse a ellas de nuevo. El comisario le ofrece su ayuda, pero el protocolo exige enviar la petición a las autoridades y eso conlleva unos días de gestión; tiempo que la prima de Rüya no tiene. La joven no está dispuesta a volver a su casa y poner en riesgo su vida y la de su hija, así que decide acampar en la puerta de la Jefatura de Policía junto a su pequeña.
Alguien la fotografía sentada fuera de comisaría y la sube a redes sociales haciéndola viral. Miles de mujeres se solidarizan con ella y se indignan al ver que los agentes no pueden garantizarla, desde el primer día, seguridad en su vivienda y, al final, la joven se ve obligada a permanecer en las inmediaciones del cuartel.
Cae la noche y Cemre y Günes siguen allí sin intención de abandonar la comisaría. Lo que no se imagina la exmujer de Çelebi es que hasta el lugar comienzan a llegar mujeres de todas las partes del país para apoyarla y ofrecerle su ayuda. La prima de Rüya no puede evitar emocionarse. Ahora, ya, no está sola.
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