Momento destacado
Ömer sorprende a Süsen con una pedida de mano improvisada ¡Viva los novios!
Ömer le pide matrimonio a Süsen de la forma más inesperada: en mitad de la carretera, tras una fuerte discusión, y con un anillo improvisado hecho con el envoltorio de una tableta de chocolate. Un gesto sencillo, pero cargado de emoción.

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Süsen atraviesa uno de los momentos más delicados de su vida tras descubrir que su madre ha mantenido una relación con un hombre casado. La joven se siente desbordada por la situación y convencida de que su familia no le presta la atención que necesita, lo que la sumerge en una profunda sensación de abandono.
Buscando apoyo, la hija de Süreyya acude a casa de Ömer para contarle lo ocurrido y encontrar consuelo en su pareja. Sin embargo, la conversación no transcurre como esperaba y termina marchándose aún más herida. En medio de ese desconcierto emocional, Süsen tiene claro que desea compartir su futuro con él y, sin pensarlo demasiado, toma una decisión que lo cambia todo.

Convencida de sus sentimientos, la joven le plantea a Ömer dar un paso definitivo y casarse. Él no rechaza la idea, pero considera que no es el momento adecuado y que ambos deben priorizar sus estudios. "Vamos a casarnos, pero no ahora, primero tenemos que ir a la universidad", le explica, consciente de que todavía son muy jóvenes para asumir esa responsabilidad.
Las palabras de Ömer no tienen el efecto que él esperaba. Süsen interpreta su respuesta como una falta de compromiso y siente que vuelve a quedarse sola. "No puede hacerse cargo de ella" es la idea que resuena en su cabeza, y decide marcharse sin escuchar más explicaciones, pese a los intentos del joven por hacerle ver que ha malinterpretado sus palabras.
Dándose cuenta de su error, Ömer se arrepiente de no haberla apoyado en un momento tan complicado y sale tras ella. La busca por la carretera, recorriendo un largo trayecto en taxi hasta alcanzarla. Cuando por fin se baja del vehículo, lleva una tableta de chocolate y le pide que se coma un trozo. Süsen accede y, entonces, él hace un anillo improvisado con el papel de plata que envolvía el chocolate y le pide matrimonio. Lógicamente, la hija de Süreyya le responde que sí entre lágrimas de emoción y felicidad.
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