Nujin favorece al bebé de Zehra sobre el de Leyla, generando celos y tensión familiar

Nujin está pletórica de felicidad. Leyla está esperando un bebé y a Zehra ya le quedan pocos meses para dar a luz. La matriarca de los Kirman tiene una noticia muy importante que comunicar a su familia. Ha decidido que el nieto de Melek se llame Cemal como su difunto hijo y comunica a Zehra que ha comprado un terreno para construir una casa y, así, cuando nazca su bebé, pueda ir a vivir allí con Alí. Para Nujin, el hijo que está esperando Zehra es el futuro de esta familia y así se lo hace saber a la pequeña. Zehra no puede ser más infeliz, no desea tener a su hijo y menos convivir con su marido, el hermano de Azad.

Leyla, que es una mujer envidiosa y malvada, está fuera de sí. Está indignada con la matriarca de los Kirman. No entiende como a Zehra le ha ofrecido uno terreno y a ella solo un brazalete de oro. Teme que Zehra y su hijo se conviertan, con los señores de la casa en un futuro.

Melek sabe que su hija está sufriendo mucho e intenta animarla. Zehra le confiesa a su madre que no quiere ningún regalo de Nujin y la profesora le habla de sus planes de futuro. Cuando nazca el bebé, lo dejarán al cuidado de los Kirman y ellas se irán a vivir a Estambul para que Zehra pueda continuar con sus estudios. Pero parece que los planes de Melek no van a poder llevarse a cabo.

Zehra comunica a Nujin su intención de no responsabilizarse de su bebé cuando nazca para poder seguir con sus estudios. La abuela de Devra pierde los nervios al oírla hablar y acaba abofeteando a la niña.

Melek llega en ese momento y pide explicaciones a Nujin. La matriarca de la familia les asegura que jamás podrán huir de ellos y que la única obligación de Zehra es dar a luz a su hijo y velar por su bienestar.