Melek y Zehra sueñan con empezar una nueva vida lejos de los Kirman

Melek lleva a Zehra al hospital porque la pequeña no se encuentra bien. Zeynep le realiza un chequeo y se percata de que la niña tiene contracciones y el bebé podría nacer en cualquier momento. Para que eso no ocurra, porque todavía le quedan unos meses para dar a luz, decide dejar a Zehra ingresada hasta que nazca su hijo.

Melek está muy asustada, teme que a su hija le puede pasar algo. Sufre preeclampsia. Se trata de una complicación que se da en el embarazo en la que la presión arterial alta de la madre reduce el suministro de sangre al feto.

Melek habla con Zehra y la pequeña le revela que está muerta de miedo. La profesora intenta tranquilizar a su hija asegurándola que la doctora Zeynep va a intentar atrasar el embarazo todo lo que pueda.

Zehra y su madre querían huir muy lejos al nacer el bebé, pero si se adelanta el parto, sus planes se pueden ir al traste. Melek todavía no ha conseguido vender su casa para obtener dinero y así poder hacer unos pasaportes para escaparse de Harmanli para siempre. Sin embargo, la profesora lo tiene claro: nadie podrá impedirlas marcharse de allí.

Zehra sueña con irse a vivir con su madre a Noruega y crecer en una casa con jardín cerca del mar. Pero, una vez más, Devra no se lo pondrá fácil a Melek. Leyla telefonea a su marido para comunicarle que la hija de Sami está en el notario. El hijo de Kadim cree que su intención es vender su casa y ayudar económicamente a Azad ahora que ha montado su propio negocio.

Sin embargo, ese no es el verdadero motivo. El malvado hijo de Behiye no se imagina que Melek quiere vender su casa para escaparse con su hija y empezar una nueva vida juntas lejos de los Kirman. Pero, para salir del paso, la joven le confiesa que necesita vender su vivienda para hacer frente a las facturas de los gastos de hospital de su padre, que permanece ingresado en estado vegetativo. ¿Se lo acabará creyendo Devra?