Giulio intenta sacar de otro apuro a Lia al tiempo que Margherita se lleva una desilusión

Lia y su prima habían salido una noche para tomar algo pero la cita no salió como a ellas les hubiera gustado. De tal manera que Lia terminó por vaciarle a uno de sus acompañantes un vaso en la cara. Ellos, en represalia, decidieron gastarles una broma pesada.

Cuando Giulio descubre la broma, se ve obligado a tomar cartas en el asunto. Lia se siente responsable por el problema que le ha causado a su prima. Giulio descubre a los responsables y, utilizando su posición de policía, logra solucionar todo el problema. Lia le está muy agradecida por ello. Lo que Giulio no espera es que toda la escena la esté viendo Margherita que descubre con pesar que su novio sigue sintiendo algo por la sobrina del jefe de los carabinieri.