Alí evita ser sancionado por el hospital y se arma de valor para declarar su amor a Nazli

La Junta del hospital se reúne para decidir si sancionar a Alí. Lleva solo dos meses trabajando en el Berhayat y la clínica ya ha recibido tres quejas formales de Vefa. Algunos miembros de la Junta cuestionan sus habilidades de comunicación y consideran necesario evaluarlo. Además, una de las quejas ha sido presentada ante el Ministerio de Sanidad, lo que supone un golpe para la imagen del hospital y no puede ser pasado por alto.

Uno de los incidentes más graves ocurrió cuando una mujer fue disparada por un atracador en una tienda donde Alí estaba presente. Su novio ha interpuesto una demanda contra el joven residente, acusándolo de no obedecer al delincuente y de haber provocado su ira. Otro caso que ha generado malestar entre los accionistas del hospital es el momento en que Alí se apropió de un paciente de otro departamento e intentó operarlo sin informar a su superior.

Durante la reunión, Kivilcim somete a Alí a un duro interrogatorio con la clara intención de inculparlo. Sin embargo, Ferman interviene en su defensa y se presenta ante la Junta asumiendo toda la responsabilidad. "Si alguien merece ser castigado o sancionado, ese soy yo. Alí ha salvado muchas vidas desde que llegó al hospital”, declara con firmeza.

Tras sus palabras, Ferman se lleva a su residente de la sala de reuniones para operar a un paciente. Más tarde, después de la intervención, Adil informa a Alí de la decisión final: la Junta ha decidido no sancionarlo.

Vefa recibe la noticia con gran alegría. "Tuve fe y lo logré", le dice emocionado a Erinç. Inspirado por este desenlace, encuentra el valor para confesar sus sentimientos a Nazli. "¿Podrías querer a un discapacitado?", le pregunta con incertidumbre. La joven le responde con ternura: "Nadie es perfecto, y debemos aceptar a los demás tal y como son". Sus palabras le dan esperanzas a Alí, quien decide luchar por su amor.