La vida de Ayse pende de un hilo después de que Mirsha la haya encontrado inconsciente en su casa

Mirsha ha acudido a casa de Ayse después de la angustiosa llamada que ha recibido. Cuando llega allí se la encuentra inconsciente tirada en el suelo y con un pulso muy débil. Inmediatamente la lleva al hospital para intentar salvarle la vida. Ayse está muy grave y deben actuar rápido. Mirsha está haciendo todo lo posible.

Mientras la noticia se extiende por toda la mansión, la vecina que amablemente le trajo los pastelitos a Ayse entra en su casa con el teléfono en la mano. Al otro lado se encuentra Hande. Ella ha sido la persona que le ha encargado a esa vecina que envenene a Ayse. No saben dónde la han llevado, pero pueden confirmar que Ayse ha comido bastantes pastelitos y eso satisface a Hande.