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Helena, consumida por los celos tras sorprender a Juan Carlos con otra mujer: ¿podrá perdonarlo?
Helena no puede evitar ponerse celosa al ver cómo una mujer besa a Juan Carlos, sin saber que él no lo deseaba.

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Helena acompaña a Plutarco a la playa por un tema de negocios, sin imaginar que su prometido planea involucrarla en un proyecto secreto: la construcción de un complejo hotelero que lleva a cabo a espaldas del presidente de Grupo Imperio. Su intención es clara: usar a Helena como chivo expiatorio si algo sale mal.
Al mismo lugar ha viajado Juan Carlos, disfrazado para pasar desapercibido. Está preocupado por la posibilidad de que Helena y Plutarco terminen compartiendo suite… y cama.
Cuando Helena lo ve en el mismo hotel en el que se ha hospedado con Plutarco, Juan Carlos le miente: le dice que está allí siguiendo a Rebeca, quien también se aloja en ese mismo resort.
Todo se complica cuando Juan Carlos entra en la habitación de Raúl Mendoza buscando pruebas que puedan esclarecer el fraude del que todos acusan al hijo de Eugenia. Pero allí se encuentra con una exuberante francesa que acompaña al abogado durante su estancia. La joven se lanza a sus brazos y lo besa, justo en el momento en que Helena entra en la habitación y los sorprende en actitud cariñosa.

Por más que lo intenta, Helena no puede evitar sentirse celosa y abandona la habitación furiosa. Juan Carlos la sigue e intenta explicarse: asegura que estaba allí para investigar a Raúl. Pero Helena no le cree. "Eres un cínico, y no te creo nada", le dice muy enojada.
Para ella, el hijo de Modesto solo utiliza a las mujeres para su beneficio, y eso no lo puede tolerar.
Juan Carlos, al notar sus celos, intenta calmarla. Le confiesa que hace años sí fue un mujeriego, pero ahora es un hombre distinto. "Para mí, la única mujer que existe en el mundo eres tú", le dice.

Helena admite que cree en su inocencia respecto al desfalco, pero sigue pensando que juega con las mujeres y las hiere. Le menciona el caso de Samantha, una joven que se quedó embarazada de él y que, al no recibir su apoyo, acabó abortando.
Juan Carlos se defiende: asegura que cuando se enteró del embarazo, ya era demasiado tarde. Samantha había abortado sin decírselo.
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