Un amor imposible: Olga intenta conquistar a Vicente, pero el recuerdo de Lucía sigue vivo en su corazón

Olga Pascual no sabe qué hacer para conquistar a Vicente ahora que su esposa, Lucía, ha fallecido. Para estar cerca de él, se ha ofrecido a limpiar su casa y a prepararles la comida a él y a su hijo, Benjamín. Sin embargo, Chente se ha percatado de que su presencia allí es perjudicial para su primogénito. El pequeño ha dejado de hablar desde que su madre, Lucía, falleció y el hecho de ver a Olga en casa todos los días, le está afectando.

En el fondo, el niño teme que su padre rehaga su vida con otra mujer y que el recuerdo de su progenitora desaparezca. Así que Chente se muestra cada vez más reticente a que Pascual les realice las labores de casa.

Olga, decidida a estar cerca de Vicente, consigue convencerlo para que le permita seguir ayudándolos. Le promete que irá cuando Benjamín esté en colegio para no coincidir con él.

Una día, cuando llega Chente a casa después de trabajar, se sorprende al ver como Olga ha redecorado su hogar y, sin pedir permiso, se ha deshecho de todas las fotografías de su esposa. Vicente estalla en cólera y, gritando, le dice que nunca va a ocupar el lugar de la mujer que más has amado en su vida. Estas palabras dejan a Pascual con el corazón encogido.

Desconsolada, Olga se refugia en la peluquería de su prima en busca de consuelo. Está muy triste porque está locamente enamorada del padre de Benjamín, pero él, por el momento, solo tiene ojos para su difunta esposa. Chole le anima a conocer a otros hombres y olvidarse de Chente.