Sin boda y en la cárcel
Halil pierde los nervios tras las palabras de Alpay y destruye su futuro junto a Melek
La aparición de Alpay por sorpresa en el juzgado donde Halil y Melek van a pedir fecha para su boda acaba con nefastas consecuencias para todos.
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Halil y Melek han acudido al juzgado para cerrar una fecha de boda para ambos. Melek está muy contenta porque se trata de un paso muy importante en su relación con Halil y él, que sabe de su acuerdo con Alpay, no ve el momento de contarle que esa boda entre ambos es imposible.
Alpay se ha enterado que ambos van a cerrar una fecha para la boda y en lugar de irse al mercado donde le espera Kenan, se desvía y se dirige al juzgado para dejarle claro a Melek el acuerdo al que ha llegado con Halil y que ambos no se pueden casar, a no ser que Halil asuma unas duras consecuencias no sólo para él, sino también para su familia.
Antes de conseguir la cita, Alpay le deja claro a su ex mujer que tiene un trato con Halil. Le explica que si Halil se casa con ella, Alpay se quedará con la mansión de los Karadag y con el local en el mercado. Melek no da crédito a lo que escucha y lo pone en duda. No tiene sentido ese acuerdo tan perjudicial para Halil y su familia. Lo que Melek no espera escuchar es que Alpay sea el donante de médula que le ha salvado la vida. Aunque no es cierto, ni ella ni Halil lo saben, así que la noticia cae como una verdadera bomba para Melek. No sólo no puede casarse con el amor de su vida, sino que la persona que ha donado para salvarla la vida es su peor pesadilla.
Melek se enfurece con Halil por no haberla contado lo que Alpay estaba haciendo, pero el nieto de Cumali no he encontrado ni la fuerza ni el momento para contarle algo tan triste; ahora debe hacer frente a las consecuencias y Melek está muy decepcionada. Ahora Halil ya no puede aguantarse más y sale en busca de Alpay que camina despreocupado por las calles de la ciudad, satisfecho por haber impedido la boda de su ex mujer con su gran amor. Halil pierde los papeles y le da una soberana paliza que deja a Alpay completamente inconsciente. Su vida corre serio peligro.
La decepción en Melek es enorme. Lo que podría haber sido uno de los días más felices de su vida, se ha convertido en una pesadilla. No sólo ha descubierto que no se puede casar con el gran amor de su vida, que es Halil; sino que ha conocido que la persona que más daño le ha hecho, es la donante de la médula que la ha permitido superar su grave enfermedad. No hay consuelo para la pobre Melek. Cuando regresa a la mansión y todos están felices y espectantes para conocer la fecha de la boda con halil, Melek les sorprende con la noticia de que la boda no se va a celebrar. Todos quedan de piedra. Mientras, Halil ha sido detenido tras la brutal paliza que le ha propinado a Alpay.
La noticia no cae nada bien en el seno de los Sirham sobre todo en Zümrüt, la madre de Halil. Tras conocerse la suspensión de la boda, aparecen los viejos fantasmas y la mujer de Cumali pierde los nervios. Vuelve a responsabilizar a Melek de lo sucedido y se lamenta de que haya vuelto a suceder lo mismo que ocurrió hace 20 años con los mismos protagonistas. Zümrüt grita y no para de acusar a Melek de todo lo malo que les está sucediendo desde que regresara de Alemania. Ella no sabe nada de las razones que han propiciado esta decisión.
Cuando Los Sirham se marchan, Seyit Alí y el resto de los Karadag se reúnen con Melek para pedirle explicaciones de por qué ha tomado semejante decisión. Al principio ella no quiere responder, pero no tiene más remedio que explicarle a los suyos los motivos. No quiere ser la responsable de que Alpay arruine la vida de Cumali, de Halil y de toda su familia. Además, cuando les confiesa que Alpay ha sido su donante, ellos se quedan de piedra. Están indignados con la actitud del ex marido de Melek.
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