Conoce las razones por las que Sara abandona Santa Catalina y renuncia a la herencia

Son demasiados problemas juntos y Sara ya no puede con ellos. Su madre, Déborah, se debate entre la vida y la muerte en el hospital después de que alguien la envenenara con una botella de vino. Por si esto fuera poco, está embarazada de Juan, el hombre al que quiere, pero que está casado con Julieta y al que no puede tener. La situación en la hacienda es insostenible y las peleas entre los hermanos son continuas. Con todo ellos, Sara toma la decisión de dejarlo todo y de regresar al apartamento donde residía antes de venir a Santa Catalina para reclamar su parte de la herencia de Don Severiano.

Cuando le cuenta sus planes al resto de sus hermanos, las reacciones son muy diversas. El único que sabe realmente la razón de la marcha de Sara es Juan, pero el resto de hermanos toma esta decisión de diferentes formas. Mientras Simón se alegra profundamente de perder de vista para siempre a Sara, Pedro se emprende con los muebles en un nuevo arrebato de violencia. Lucas lo siente profundamente, pues es el único que ha apoyado a Sara de verdad desde que llegó.