Kevsa tiende una trampa a Bedir para inculparle de la muerte de su marido Ahmet

Kevsa acompaña a Zülüf a casa de sus padres para que la joven recoja sus pertenencias y las traslade a su nuevo hogar: la mansión de los Cibranoglu.

Al llegar, la joven encuentra en el sótano de su casa una bolsa que contiene joyas y un arma. Ella no sabe a quién pertenece y se la muestra a su padre delante de Kevsa y del resto de la familia.

La madre de Kenan no duda en inculparle de la muerte de Ahmet. Asegura a los allí presentes que dichas alhajas y arma pertenecen a su marido y es la prueba definitiva que demuestra que el marido de Zeliha es el asesino de su esposo.

Bedir no responde a las acusaciones de Kevsa y Zülüf y Müslüm le recriminan, cuando la madre de Ökkes abandona la vivienda, que no haya defendido su inocencia.