Natalia le ofrece a Adrián una última oportunidad mientras actúa como chivo expiatorio perfecto para la policía

Natalia es detenida por la policía, que investiga a Adrián, Elías y Mario por enriquecimiento ilícito, nexos con el crimen organizado y tráfico ilegal de armas.

La hija de Teresa está convencida de que Mario es una víctima de su exesposo y del padre de Omar, y así se lo comunica a los agentes. Sin embargo, la policía quiere que Natalia se convierta en su informante, ya que saben que aún mantiene contacto con Adrián.

La madre de Regina y Andrea se enfrenta a un dilema. No está segura de colaborar con los agentes, ya que teme por la seguridad de sus dos hijas. La policía necesita pruebas contundentes para encarcelar a Adrián y Elías, pero como este último es un hombre con gran poder e influencia, requieren la ayuda de alguien cercano que no despierte sospechas para desenmascararlos.

Natalia decide reunirse con Mario para contarle todo sobre su conversación con la policía. Quiere saber si él es realmente inocente y ajeno a las actividades ilícitas de Adrián y Elías. Mario, el hermano de Tania, le asegura que únicamente acordó trabajar con Haddad para destruir a Adrián tras haber sido víctima de un desfalco en la inmobiliaria en la que trabajaban juntos.

Robles lo pone en alerta: "Según la policía, Elías se dedica al tráfico de armas, Adrián blanquea su dinero, y los agentes creen que tú eres su cómplice", le advierte, visiblemente preocupada. Natalia está convencida de que su exesposo y el marido de Samia lo están utilizando como "chivo expiatorio", por lo que le pide que sea extremadamente cauteloso.

Tras reflexionar, Natalia toma una decisión. Se dirige a la mansión de Adrián y le comunica que está dispuesta a darle una última oportunidad."Creo que he sido muy dura contigo", le dice con una sonrisa. ¿Está Natalia realmente intentando acercarse a él para colaborar con la policía y desenmascarar tanto a su ex como a Elías?