Todo el mundo le ha dado la espalda
Natalia huye de la casa de Mario y busca refugio con Vicente, pero él se muestra reticente a ayudarla
Natalia deja la casa de Mario y busca refugio con Vicente, pero él duda en brindarle su apoyo.
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Natalia no puede dejar de pensar en la traición de su marido y no entiende cómo Mario, socio de su marido y novio de Verónica, no se dio cuenta del fraude que cometió. El joven empresario le explica a Robles que, pese a trabajar codo a codo con él en la inmobiliaria, su cometido era gestionar temas publicitarios del negocio mientras que Cantú y la malvada Verónica se encargaban de las inversiones.
El hermano de Daniela, que no está pasando tampoco por un buen momento, besa, en un momento de debilidad, a Natalia, y la mujer de Adrián, que se alojada en su casa, decide irse de allí lo antes posible. "No quiero en este momento es empezar un romance", le dice enojada a Mario.
A la mañana siguiente, llega al departamento del hermano de Daniela un ramo de flores con una nota escrita por la amante de Cantú. "Tú tendrás que ser el abono de mis rosales", reza el mensaje dirigido a Natalia. Mario jura vengarse de su exnovia por todo el daño que les está causando.
La madre de Regina y Andrea está asustada y ya no quiere permanecer ni un minuto más en la vivienda de Mario. Así que despierta a sus hijas y se dirigen a la humilde casa de Vicente. El marido de Lucía se extraña de la visita de la mujer de Cantú. Ella le explica que no tiene dónde ir y que ya no le puede vender la casa. Le recuerda que la propiedad está a su nombre y que, por lo tanto, no puede echarlas de allí.
Vicente se muestra reticente a esta idea. No concibe que Natalia y sus dos hijas vivan en su casa, pero ella le insiste que no tiene otra salida. Le explica que todos le ha dado la espalda y que debe velar por la seguridad y el bienestar de sus hijas. Se produce una fuerte discusión entre ellos y, en ese momento, aparecen los hermanos de Chente, José José y Juan Gabriel, con el pequeño Benjamín. Natalia se enternece al ver al hijo de Vicente y le dedica unas tiernas palabras al pequeño. Sin embargo, la dulzura de la mujer de Adrián con su primogénito no hace que cambie de opinión y le pide a Natalia que, por favor, abandone su propiedad.
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