Ünzile es obligada a casarse y toma una decisión a la desesperada

Aunque no se ha visto correspondida, Ünzile siempre ha sentido un cariño especial por Mithal, el hijo pequeño de Seyit Alí. Muy pendiente de él, nunca ha parado en intentar hacerle sentir cómodo y feliz. De hecho llegó a pensar que Mithal sentía algo por ella, aunque estaba equivocada, pues lo que Mithal estaba es enamorado de la farmacéutica Seidan. Cuando ese interés llega a los oídos de Kadriye, la mujer de Mahmut, los problemas para Ünzile no hacen más que aumentar.

Es una relación imposible. No sólo porque el propio Mithal es ajeno a ella, sino porque ambos pertenecen a estratos sociales diferentes y nadie vería con buenos ojos esa relación. En cuanto la tía de Mithal se entera de los sentimientos de Ünzile para con su sobrino, habla enseguida con su madre para buscar una solución. Entre ambas deciden que lo mejor será alejar a Ünzile de la mansión y casarla con alguien ajeno, de tal forma que jamás regrese.

Cuando Ünzile se entera de los planes de su madre, toma una decisión a la desesperada y acude a ver al bueno de Zeynel que está locamente enamorado de ella pero nunca ha tenido el valor de declarársele. La intención de Ünzile es clara y deja al pobre Zeynel con la boca abierta.