Mithal va de tipo duro pero una mujer desconocida comienza a ablandar su corazón

Desde que Melek regresó a la casa de su padre huyendo de Alpay, las cosas han sido muy difíciles para la mayor de los Karadag. Mithal, su hermano pequeño, es uno de los que le está poniendo las cosas más complicadas. Fanático de la tradición, cree que la humillación que sufrió su familia por la huida de Melek debe ser vengada y no va a parar hasta lograr que su familia recupere el honor. Cuando Mithal localiza a su hermana en un parque la insulta y agrede por regresar; la respuesta de Kerem, el hijo de Melek, es asestarle una puñalada que lleva a Mithal al hospital. Nadie se espera que esa puñalada, de la que sale pronto del hospital, suponga para Mithal un cambio de perspectiva y es que se encuentra con Seidan.

Ella es la encargada de una farmacia a la que Mithal acude para conseguir los antibióticos que le han recetado en el hospital para que no se le infecte la herida de la puñalada. Seidan atendió a Mithal tras ver como sangraba la herida del costado cuando acababa de recibir el alta en el hospital y después el hijo de Seyit Alí volvió para recoger las medicinas. Parecía que todo quedaba en eso, pero cuando Seyit Alí, el padre de Mithal, se puso indispuesto, Seidan apareció. Seyit Alí había discutido con Cumali y comenzó a sentirse mal. Afortunadamente Seidan pasaba por la zona y logró solucionar el problema del padre de Mithal. Ambos después de intercambiar unas palabras, prometieron volverse a ver para tomar un café juntos.

El caso es que, con lo duro que parece Mithal y lo mal que se lo está haciendo pasar a su hermana Melek y su familia, parece otra persona cuando está junto a la farmacéutica que empezó curándole la herida que sangraba del apuñalamiento de Kerem y, con el tiempo se ha convertido en alguien por el que Mithal empieza a sentir algo.