Saimdang se siente responsable de la masacre del templo budista de hace 20 años

A pesar de los problemas, Saimdang ha logrado vender el papel que con tanto esfuerzo elaboró junto a los más necesitados de la ciudad. Ha estado a punto de perderlo todo pero unos comerciantes que iban de paso, han comprado todo el papel que hizo. Con el dinero ganado, podrá pagar a todos los humildes que la han ayudado.

Ahora que todo se ha solucionado, Saimdang aprovecha el momento para rezar. El líder de los mendigos le pregunta por qué lo hace y ella se sincera. Se siente responsable de la matanza del templo budista de hace 20 años. Asegura que por su culpa murieron muchas personas y que nunca se lo perdonará. En la distancia, uno de los mendigos escucha con atención. Sabe algo de lo que ocurrió en aquel templo.