Sam y Ed son una pareja de jóvenes de 20 años de edad, la noticia del embarazo fue algo inesperado y todavía no tienen la estabilidad e independencia económica para afrontarlo, sin embargo Ed quiere hacer todo lo que pueda por su familia, aunque ahora le está costando encontrar trabajo espera que algún día pueda comprar una casa dónde puedan vivir los tres, Sam, Ed y su pequeña.
Sam llega al hospital con contracciones cada dos minutos más o menos y muy dolorosas, cada vez más, el entonox (un gas que produce efecto analgésico) no le está ayudando y suplica desesperada por algún calmante y que le pongan la epidural. La madre de Sam que también les está acompañando es un gran apoyo para ellos y sobre todo para Sam.
Por otro lado conocemos la historia de Joy una mujer de 40 años, que lleva años intentando quedarse embarazada. Fabio el marido de Joy quería ser padre y cuando su mujer llegó a los 35 años pensó que era el momento de tener hijos. Joy reconoce que no tiene mucho instinto maternal y que sobre todo empezó a intentarlo porque le daba la sensación de que se estaba haciendo vieja. Finalmente tras cinco años intentándolo Joy se quedó embarazada ha acudido al hospital debido que a la 38 semana le iban a practicar un parto inducido
Finalmente llega la tan ansiada epidural para Sam, que no soportaba más el dolor del parto, tras aplicársela Sam se tranquiliza y lleva mejor las contracciones, no obstante algo empieza a fallar, el latido del bebé cada vez es más débil y la doctora decide que lo mejor será practicarle una cesárea. Todo sale bien y Ed, por fin conoce a su pequeña, tras un día duro.
Por otra parte Joy no tiene suerte y a pesar de estar todo el día en el hospital e intentarle inducirle varias veces, parece que el bebé de Joy está muy cómo y no quiere salir. Joy cansada de estar en el hospital decide marcharse a casa nuevamente.