El padre y dueño del “la Frite” decide “abdicar” el restaurante a sus hijos Alex y Celine, estos están enfrentados por culpa de su falta de comunicación, Alex ve a su hermana como una competencia y no como su socia y aliada, además no admite los problemas del restaurante.
Tras probar los platos precalentados, Gordon decide tener una conversación con el chef, que niega haber precalentado los platos servidos, no es la Quiche lo único que a Gordon le molesta de la carta, ya que los crepes que hacen no tienen nada de francés.
Gordon tras ver el gran enfrentamiento entre los hermanos, decide mantener una conversación con ellos, que los une y rompe los muros que existían entre Celine y Alex, así es como la familia se vuelve a unir y vuelven a estar comunicados.
Con los nuevos cambios en “La Frite”, el nuevo chef jefe, nueva decoración y una carta más reducida, donde los crepes son la especialidad, parece que los problemas han desaparecido y el restaurante vuelve a ser el mismo, con una familia propietaria más unida que nunca.