Aunque no lo quiera admitir, Alejandro sigue amando a su mujer
Sofía intenta un acercamiento con Alejandro, pero él no está dispuesto a olvidar lo ocurrido con Eduardo
Sofía no puede vivir sin Alejandro e intenta reconciliarse con él, pero no está por la labor.
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Sofía no puede vivir sin Alejandro y decide ir a la mansión a hablar con él. Quiere explicarle que todo lo qué ocurrió entre Eduardo y ella solo fue un malentendido.
Al llegar a su casa, se encuentra con Lucía y Vanesa que la reciben de malas maneras. La matriarca de la familia no se fía de ella y así se lo hace saber. "Me engañaste con tu historia de mujer humilde y de gran corazón", le asegura a la hermana de Rebeca.
Por su parte, Vanesa invita a Sofía a que abandone la mansión no sin antes reprocharla que ha hecho mucho daño a sus hermanos. Pero, la hija de Alfonso, que es una mujer con carácter, no se amedrenta ante ella y no está dispuesta a marcharse de allí sin hablar primero con su marido.
En ese momento, aparece Alejandro con semblante serio. El empresario está muy dolido con ella y no está dispuesto a escucharla. Sofía, que está muy enamorada de él, le recuerda el juramento que se hicieron cuando se casaron. "Nos juramos que nada nos iba a separar", le revela a su esposo.
La hermana de Rebeca le explica a Alejandro lo que sucedió aquella noche que la encontró en la cama con Eduardo. Le confiesa que ella estaba dormida y no recuerda haberse ido a la cama con él. Le asegura que su hermanastro es un monstruo y que lo único que siente por él es animadversión. Pero, el hijastro de Lucía no la cree. Está convencido de que Sofía solo usa a los hombres por interés y ella le acaba propinando un bofetón en la cara. Alejandro le pide que abandone la mansión y se lleve todas sus pertenencias.
Sofía está abatida y busca consuelo en su padre y en su hermana Rebeca. No puede vivir sin su marido y se siente vacía. La hija mayor de Alfonso no se imagina que su hermana es la causante de su distanciamiento con Alejandro porque fue quien le administró unos fuertes sedantes la noche que Alejandro la sorprendió en la cama con Eduardo.
Alejandro, también, está destrozado porque ha alejado a Sofía de su lado echándola de su casa y, en el fondo, la sigue amando. No puede dejar de pensar en ella y en los buenos momentos que han vivido juntos. Isabela aprovecha la debelidad del empresario para ganarse de nuevo su cariño y hacer que se olvide de su mujer.
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