Al final, Mariana recupera a su hijo, al que todo el mundo daba por muerto
Betito descubre que Luis Alberto y Mariana son sus padres biológicos y acepta empezar una nueva vida junto a ellos como una familia
Betito recibe la impactante noticia de que Luis Alberto y Mariana son sus verdaderos padres y decide irse a vivir con ellos como una familia.
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El hijo de don Alberto lleva a Betito de regreso a casa junto a José. Tras enterrar a Rita, el que ha ejercido de padre de Alberto le cuenta la verdad sobre su verdadera identidad. Le confiesa que es hijo biológico de Mariana y Luis Alberto. Villarreal le explica que, hace 18 años, tuvieron un hijo, al que adoraban hasta que un día lo secuestraron. Después de una búsqueda incansable durante todos estos años, finalmente, lograron dar con su paradero. Betito se queda en shock al conocer su verdadero origen.
A la mañana siguiente, el joven Alberto pide perdón a madre, Mariana, por no haber sabido reaccionar de otra manera ante la noticia. Betito le explica que, en los últimos días, muchas cosas han cambiado en su vida: su madre Rita ha fallecido y su tío Chícharo también y, ahora, descubre que José y Rita no son sus verdaderos progenitores.
Mariana comprende la reacción de su hijo y le pide que, por favor, regrese con ellos a Ciudad de México para formar una familia. El joven acepta, pero pone una condición: que quien ha ejercido como su padre todos estos años, José, los acompañe. Aunque al principio se muestra reticente, el marido de Rita, finalmente, accede.
José se instala en el apartamento que Mariana les alquiló cuando Rita estaba ingresada en el hospital. La mujer de Luis Alberto le invita a ir a la mansión cuando lo desee e incluso le sugiere considerar la opción de vivir allí con ellos. Además, le agradece profundamente haberle devuelto a su primogénito. "Nunca voy a poder encontrar la forma de agradecerte todo lo que hicisteis por mi hijo. Me devolvisteis la vida", le dice a José emocionada.
Por otra parte, Betito llega a su nuevo hogar. El joven está sorprendido al ver la mansión en la que viven sus padres biológicos, ya que es un chico humilde y no está acostumbrado a los lujos. Muy agradecido, el joven le expresa a su madre que la quiere, lo cual emociona enormemente a Mariana y ambos terminan fundiéndose en un fuerte abrazo.
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