Tras el cristal
Nalan se harta de la situación de Sedat con Cana y saca las garras
Nalan está embarazada y ya es de dominio público, pero a pesar de la felicidad del tema, hay algo de lo que Nalan está muy harta: la relación de Sedat con Cana.
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El embarazo de Nalan es motivo de alegría para los Koroglu y el propio Sedat. Es una gran noticia y Nalan está muy contenta. Sin embargo, la figura de Cana termina de nuevo apareciendo en sus vidas. Cana acaba de salir de una de las peores experiencias de su vida. Ha sido retenida contra su voluntad por Feride, que la ha encerrado en el tétrico sótano de su casa. Allí lo ha pasado realmente mal al descubrir la turbulenta mente de la madre de Nalan. Cuando consigue salir de allí, bajo la promesa de no inmiscuirse en la vida de Nalan, lo primero que hace cana es llamar a Sedat para contarle lo que le ha ocurrido.
Ambos han quedado a cenar en un restaurante, pero no va a ser una cena tranquila. Nalan está cansada de la relación que mantiene con ella su marido Sedat, así que decide tomar cartas en el asunto y se presenta allí. La sorpresa de Sedat y Cana es completa.
Nalan le pide a Sedat que se marche, pues lo que quiere es tener una charla sólo con Cana. Él se marcha a regañadientes. Nalan y Cana se quedan a solas. En un principio, la amante de Sedat se muestra conciliadora y condescendiente con Nalan a la que intenta hablar de forma amistosa, pero la hija de Feride no está de buen humor y, por primera vez, enseña las garras y su genio. Quiere saber con detalle qué tipo de 'amistad' mantiene Cana con su marido y no se corta a la hora de amenazarla. Cana parece haber olvidado pronto su encontronazo con Feride.
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