Hürren sale indemne de manera sorprendente de un altercado en el que el pueblo pedía su cabeza tras lo ocurrido con Mustafá

Hürren y Sumbula se encuentran en una casa de la ciudad acorralados por una muchedumbre que pide su cabeza. La gente la considera responsable de lo sucedido hace poco con el ajusticiamiento de Mustafá y quiere cobrarse venganza. Ella se encuentra muy asustada, pues la gente que rodea la casa es mucha y podrían entrar en cualquier momento. Afortunadamente para ella, Solimán y sus hombres salen a su rescate.

Lo que más sorprende a todos es el desenlace del altercado. Hürren sale a la puerta de la casa y nadie de los que piden su cabeza se atreve a atacarla. Es como si temieran hacerlo. Hürren, acompañada por su mano derecha Sumbula, puede dirigirse sin problemas al carromato que la espera para llevarle de vuelta al palacio. Por si las cosas se tuercen, también se encuentra allí Solimán y sus hombres. El sultán toma buena nota de lo que su pueblo piensa sobre su esposa.