Las románticas palabras de amor de Luis Alberto hacia Mariana

Luis Alberto sorprende a Mariana en la piscina de la mansión de los Salvatierra. El hijo de Elena le confiesa que Soraya fingió su embarazo, así que ya nada lo ata a ella y, ahora, es libre para estar con Mariana. "No puedo dejar de pensar en ti ni un solo segundo. Te necesito a mi lado. Te amo", le confiesa el hijo de don Alberto a Mariana. Al final, se acaban fundiendo en un apasionado beso.

Pero no son las únicas muestras de amor de Luis Alberto hacia Mariana. El día que la joven aprobó un examen para el cual se había preparado a conciencia, el multimillonario tenía previsto acudir a buscarla a la escuela con un ramo de flores, bombones y globos, pero los hombres de Osvaldo, el encargado del casino clandestino donde él juega, le propinaron una paliza por sus deudas.

Pese a no poder ir a recogerla ni celebrarlo con ella, al día siguiente, Luis Alberto se disculpa con Mariana y, para recuperar el tiempo perdido, lleva a la joven al trabajo en su descapotable y, por el camino, vuelve a declararle su amor. La joven teme que para el hijo de don Alberto solo se trate de un romance pasajero, pero él está loco por ella.

Por otra parte, Luis Alberto, que tiene una seria adicción al juego, le confiesa su problema a Mariana. Le explica que lleva apostando desde que tenía 15 años. Sus problemas de insomnio lo llevaron a jugar compulsivamente y le revela que hasta ha tenido que pedir prestado dinero para poder seguir jugando. El hijo de Elena sabe que tiene un serio problema, pero, por amor a Mariana, está dispuesto a renunciar al juego. La joven no duda en animarlo y le promete que le ayudará a vencer su adicción. De nuevo, Luis Alberto aprovecha la ocasión para decirle que está locamente enamorado de ella y Mariana, por primera vez, admite que ella siente lo mismo por él.

Y, por último, Luis Alberto debe viajar a Michoacán por un tema de trabajo y le pide a Mariana que lo acompañe. Es la primera vez que Villarreal se sube a un helicóptero. La joven disfruta mucho de la experiencia y el hijo de don Alberto no para de halagarla. Las miradas entre ellos lo dicen todo.