Los Salvatierra lloran su muerte
El malvado León Alfaro se sale con la suya: acaba cruelmente con la vida de don Alberto
León Alfaro logra su objetivo y pone fin a la vida de don Alberto de forma despiadada.
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Don Alberto se ha realizado una laparoscopia creyendo que sus problemas de corazón iban a desaparecer. Se ha dejado influenciar por León, quien lo quiere muerto y ha cometido un grave error.
El marido de Daniela recibe el alta médica y el cardiólogo que lo ha tratado, pagado por León para darle un falso pronóstico, le asegura que ya puede hacer vida normal y recuperar el tiempo perdido. No se imagina el empresario que su salud sigue siendo muy delicada y que cualquier esfuerzo físico que realice podría costarle la vida.
Don Alberto regresa a la mansión y recibe una invitación para participar en un torneo de tenis al que va a acudir con Santiago para jugar con él. León, satisfecho con la oportunidad, ve este evento el momento ideal para acabar con la vida del padre de Luis Alberto e idea un plan para adulterar las bebidas isotónicas de la empresa Río de Oro, patrocinadora del torneo, añadiendo en cada botella una sustancia nociva para el exmarido de Elena.
Llega el día del partido y, al principio, don Alberto se muestra lleno de energía y feliz porque él y Santiago van ganando a sus rivales. Sin embargo, tras hidratarse con una bebida energética, comienza a sentirse mal y se desploma en la cancha. Los sanitarios que están en el lugar, intentan reanimarlo, pero no lo consiguen y solo pueden certificar su muerte. El empresario fallece de un paro cardíaco. Todos los presentes quedan impactados por su repentina muerte.
En la mansión familiar, el ambiente es de total desolación. Daniela está destrozada por haber perdido al amor de su vida y Luis Alberto está muy triste. Aunque la relación con su progenitor había mejorado recientemente, antes de comenzar el partido tuvieron una discusión, y, ahora, lamenta no haberse reconciliado con él antes de tener que despedirse para siempre.
El cuerpo de don Alberto ya está expuesto en el velatorio y León Alfaro, que se ha encargado de gestionarlo todo, le dedica unas palabras al difunto antes de que la familia Salvatierra llegue al lugar. Con frivolidad, le confiesa que se merece estar muerto y que, ahora, él disfrutará de lo que debió ser suyo. "Me voy a quedar con la empresa Industrias Salvatierra y con Daniela, el amor de mi vida que tú me robaste. Todo se paga en esta vida", asegura con rabia ante el féretro de don Alberto.
Cuando llega Soraya al tanatorio, se la nota impactada. Aunque es una joven malvada, siempre tuvo un cariño especial por el padre de Luis Alberto, y su muerte le ha pillado por sorpresa. Sin embargo, junto con León, sigue adelante con su plan para apoderarse de la empresa Salvatierra. Alfaro tiene claro cómo conseguirlo. "Con las acciones de Daniela, Uriel y las tuyas Soraya podemos enfrentarnos a Luis Alberto y a Elena", le dice a la joven. Pero, León desconoce un detalle clave: Mariana es hermana de Soraya y el hecho de que esté embarazada de Luis Alberto, también, representa un obstáculo para sus planes. Para Soraya la solución es acabar con la vida del bebé que está esperando Mariana y Luis Alberto.
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