Fuerza, valentía y entereza; los mejores adjetivos para describir a Mavi Efeoglu

Mavi llegó a Mugla sin esperanza y sin destino, simplemente se topó con una casita de madera que le servía para pasar una lluviosa noche. Lo que no esperaba es que esa casita se convertiría en su eterno refugio.

Sancar la descubrió y aunque huyó, su corazón le advirtió de que lo mejor era quedarse. El destino hizo que no tuviera más remedio que aceptar la ayuda de Sancar, un hombre completamente diferente a los que había tenido que sufrir en su vida.

¿De qué huía? Solo ella lo sabía y a pesar de que Sancar le dio su espacio, a Mavi le costó abrirse y contar la verdad. Un ex-marido maltratador y la muerte de su hija eran las dos losas de su vida. Afortunadamente para ella, Sancar supo cómo estar pero sin estar.

Se enamoró del nuevo Sancar y juntos formaron una familia en la que Melek era la piedra angular, aquella niña de 8 años que tanto le recordaba a su hija se convirtió en su hija. Tras unos meses duros y escapando de todo, un nuevo miembro llegó a los Efeoglu.

Mehmet, Melek, Sancar y ella son una familia que ya forma parte de la nuestra, la de Nova.