Francisca encuentra en la habitación de Soledad un dibujo de su hija desnuda sobre una cama. Al llegar, la joven a la casona, la matriarca de los Montenegro le lee la cartilla a su hija. Se siente traicionada por su hija, a la que tacha de embustera y de haber sucumbido a los encantos del joven Juan. Soledad rompe a llorar al ver como su madre la insulta. Francisca está dispuesta a acabar con la relación que su hija mantiene con el Castañeda.