Además en pleno barrio del Ensanche, en Barcelona, nos enseñan un loft industrial. Lo que fue una antigua imprenta y muy probablemente una finca con entrada para las caballerizas en 1930, ahora es una residencia familiar. La casa es más que amplia. Tiene 800 metros cuadrados y su dueño, una persona muy peculiar. Trasladar las cosas que tenía en su anterior vivienda no fue tarea fácil. Dentro podemos ver: maravillosas obras de arte, una colección de bolas del mundo y calaveras en cada esquina.
Por último viajamos hasta Madrid, donde viven Nacho, un arquitecto interiorista, y Rafa, que trabaja en una agencia de comunicación. Son 400 metros cuadrados de casa que se utilizan de manera diferente dependiendo del momento. A veces hay que preparar la casa para fiestas (donde llegaron a juntarse 300 personas) y otras veces, para reuniones de trabajo. Los objetos decorativos son únicos y vienen de todos los rincones del mundo.