Handlebar:

El principal problema de este pub-restaurante era que su dueño, un antiguo obrero, no sabía manejar el negocio. No daba importancia a las cosas que realmente la tenían. A esto se le unía la falta de colaboración que tenía en la cocina. A la chef que trabajaba allí le faltaba creatividad y no le importaba lo más mínimo el estado de la comida que salía a las mesas. Realmente no quería ser chef. Gordon hizo los cambios adecuados: se inventó un menú guerrillero y dio un nuevo aire al local. Un año después, el negocio va como nunca.

Casa Roma:

En este caso la dueña compartía el negocio con su hijo y los empleados eran los que daban las órdenes. Especialmente el chef, que encontraba en este local una libertad plena. Era uno de los restaurantes peor regidos en los que Ramsay había estado. Como colofón, el menú estaba compuesto por platos grasientos. Cuando Gordon volvió a ver como iban las cosas, se llevó una grata sorpresa. Ahora la única dueña era Laila, que había comprado la parte de su hijo. Además, había despedido a casi todos los empleados y ya sabía dar órdenes en vez de recibirlas.

Black Pearl:

Lo llamativo de este restaurante, especializado en marisco, es que tenía tres dueños. Cada uno de ellos con personalidades totalmente distintas. Estaban el bueno, el dormilón y el gruñón. Este último, además de aterrorizar a sus empleados, era el dueño más arrogante con el que Ramsay había dado a lo largo de todos sus viajes. La prueba de ello es que tan solo seis meses después de haber estado allí, el restaurante ya había sido vendido.