Ingredientes (2 p.):

200 g de champiñones

50 g de queso ricota

1 cebolleta

1 diente de ajo

½ limón

200 ml de vino blanco

agua

aceite de oliva

sal

unas hebras de azafrán

estragón

albahaca

cilantro

Para la polenta:

100 g de polenta

25 g de mantequilla

cucharadas de harina

500 ml de agua

aceite de oliva

sal

1 pizca de chile piquín

Elaboración:

Pica finamente la cebolleta y el ajo y póchalos en una cazuela con aceite de oliva. Introduce los champiñones limpios enteros y sazona. Tuesta el azafrán en una sartén sin aceite e incorpóralo. Vierte el vino blanco y deja que se evapore un poco. Añade unas gotitas de zumo de limón y unas hojitas de estragón fresco. Vierte un poco de agua y cocina a fuego lento durante largo tiempo, 1-2 horas.

Para hacer la polenta, pon en un cazo el agua con una pizca de sal. Cuando hierva, introduce la polenta poco a poco mientras remueves. Agrega la mantequilla y sigue removiendo hasta que espese. Pásala a una fuente, deja que se enfríe y córtala en bastones. Mezcla la harina con el chile piquín y reboza los bastones de polenta. Fríelos en una sartén con aceite de oliva. Sirve los champiñones con su salsa, la polenta y un poco de queso ricota troceado. Espolvorea con albahaca y cilantro picados y sirve.