Los empleados de 'Down City' consideran que el carácter de Abby es una de las principales razones del mal funcionamiento del local, a lo que se añade la comida del restaurante, a ninguno de ellos les gusta.

El chef Ramsay descubre que la línea de cocina y la cámara de refrigeración está descuidada. La dueña del Down City y el chef comienzan a insultarse de manera acalorada provocando que el este abandona el local.

Tras la fuerte discusión, Ramsay vuelve al local y habla con Abby de forma más calmada. Ambos deciden darse una oportunidad para salvar el restaurante reuniendo a los empleados para que por primera vez den su opinión. Todos llegan a la conclusión de que uno de los principales problemas es el número excesivo de platos de la carta. Ramsay revisa la carta y reduce los platos, dando una cena sencilla e incorporado un plato especial de pollo asado.

Los clientes van llegando y el reducido menú tiene un efecto inmediato , mejores entrantes y platos, avalan la calidad del restaurante.

Poco a poco la aparente calma de Abby desaparece y el caos vuelve a la cocina. Los platos se retrasan y los clientes se marchan sin cenar, Abby descubre que la lentitud de su cocinero también es una de las causas de su gran deuda, una deuda que asciende a casi un millón de dólares.

Para salvar el restaurante, el chef Ramsay pide ayuda a un chef amigo suyo que les enseñará a llevar su cocina y mejorar el servicio para los clientes. La carta vuelve a ser estudiada y deciden cambiarla de nuevo. El nuevo chef, cocina de forma sencilla y eficaz de tal modo que hasta la propia dueña rompe a llorar de emoción al ver que su negocio parece que vuelve a resurgir.

La reapertura del nuevo 'Down City'  tiene una visita especial, una bloguera con 10.000 seguidores que en su última visita al restaurante no tuvo una buena opinión de la cena.  Al principio todo empezó bien pero, los platos se acumulaban de nuevo en la cocina. Abby y su chef, Jimy, parece que no se comunican correctamente y la bloguera empieza a impacientarse. Finalmente, Abby consigue templar los nervios y dirigir realmente el restaurante.

Todos los platos salían a tiempo de la cocina, a los clientes y, en especial a la bloguera,  los platos y el servicio les encanta. Por fín, todo funciona a la perfección, el chef Ramsay felicita a los empleados y a Abby, a la que pide un fuerte abrazo por el esfuerzo.