Marcelo y Katalina eran un matrimonio enamorado, sin embargo a raíz de abrir el café cubano 'Mojito' su relación fue con el tiempo a pique, cada vez había más peleas, más tensiones y llegó un momento que Kata no lo soportó más y se separó durante un año de Marcelo, al volver decidió que deberían separarse. Sin embargo, ambos son socios del 'Mojito' y luchan cada día por sacarlo hacía delante, pero sus continúas peleas no ayudan en absoluto. Los empleados están hartos y esto también influye en el restaurante, ya que sus peleas se escuchan en el comedor.

Gordon llega y se sorprende de que ni las cosas más básicas están buenas, saladas, poco hechas y eso no es lo peor ya que desde el comedor es capaz de oír los gritos de Kata y Marcelo, los propietarios.

El chef Ramsay decide ver como funciona una noche normal en el 'Mojito' y observa con atención el turno de cenas, se ha corrido la voz de que Gordon está en el Mojito y hay más gente de lo habitual en el restaurante. Pronto empiezan los problemas, Marcelo no lleva bien la presión y empieza a perder el control en la cocina, y no ayuda nada que Kata no haga más gritar y meter más presión a Marcelo. Tras un turno de cenas desastroso Gordon decide hablar con Kata y Marcelo por separado y averiguar cuál es el problema, ya que ambos son incapaces de trabajar juntos.

Tras charlar con ellos Gordon llega a la conclusión de que Marcelo y Kata no se respetan mutuamente tras separarse como pareja no han sabido ser socios, y se hacen daño el uno al otro, si quieren seguir adelante con el Mojito deben de aprender a trabajar juntos.

Para un nuevo comienzo no hay nada mejor que un lavado de imagen y eso es lo que hace el equipo de Gordon con el Mojito, lo remodelan y le dan un nuevo tono más luminoso, han quitado todas las botellas con líquido azul (del water) que adornaban las ventanas y hace que la luz natural entre, llenando de claridad y haciendo más espacioso el lugar.

Llega el día de la reinauguración, Gordon ha preparado un nuevo menú, ha reducido el anterior a la mitad para que sea más fácil de llevar y cree menos atascos en la cocina. Todos están entusiasmados, Marcelo y Kata se han propuesto respetarse e intentar trabajar juntos. Aunque el turno de cenas empieza bien, esta vez, le dejan la responsabilidad de la cocina a Eduardo, el cocinero, y pronto la cocina pierde el control conforme empiezan a llegar pedidos. Marcelo no puede más con la situación y decide volver a la cocina y ayudar, sin embargo algo ha cambiado, Marcelo está más calmado y su entrada en la cocina verdaderamente ayuda, ya que la cocina recupera el control.

Tras una exitosa reinauguración Gordon se despide, Marcelo y Kata se sinceran y apuestan por llevar el Mojito de la mejor manera posible intentando no pelearse y respetándose.