Cuando Gordon llega al Hrasshopper, lo que le llama la atención es sobre todo, la oscura decoración, buscando el estilo irlandés, el lugar no es nada agradable. No obstante lo peor estaba por llegar, cuando empieza a probar la comida, esta no es nada sabrosa y está fría, así que decide ir a inspeccionar la cocina personalmente. Lo que encuentra en la cocina le enfurece ya que está sucio y los alimentos no están en buen estado. Así que en ese mismo momento decide cerrar el restaurante para hablar seriamente con los dueños.

Al día siguiente y una vez limpiado la cocina Gordon reúne a los cocineros y les enseña a hacer dos especiales, pastel de carne y pescado frito, aunque estos platos son un éxito, el resto de la carta es un desastre y conforme van pasando las horas la calidad de la comida va bajando. Gordon estalla y decide tomar cartas en el asunto llamando a un amigo para que le eche una mano, su amigo el chef James.

Durante la noche Gordon y su equipo le dan un aire nuevo al Hrasshopper, cambiando la decoración y la carta y se preparan para una nueva apertura con la ayuda de James.

Con el ánimo renovado empiezan las cenas y todo parece ir bien, sin embargo la ineficacia de Mitch en la cocina cada vez se hace más palpable y Gordon finalmente decide que lo mejor debe ser que James tome el control. Gracias a esta decisión el Hrasshopper consigue terminar la noche. No obstante, Gordon mantiene una charla con Mitch y Marion donde tendrán que tomar serias decisiones si quieren que el restaurante salga a flote.